Otro de los muchos puntos de vista desde los que se puede
estudiar un río como el Guadalquivir lo encontramos en la geología. De manera
resumida se puede decir que la cuenca del Guadalquivir fue creada debido a la
colisión entre África y Europa en base a una morfología previa de plataforma
marina (hace 22 millones de años). Así se formó la depresión del Guadalquivir y
sendas cordilleras montañosas que la bordean: el sistema Prebético-Subético y el
sistema Bético, que antecede a la Meseta.
Hace 100.000
años tenemos que el ambiente del bajo Guadalquivir es el de una gran
ensenada marina poco profunda, el Golfo Tartésico, que constituía el
estuario del río y estaba antecedida por otra
ancha zona o lago fluvial también de escasa profundidad: el lago Ligur.
Hace 20.000 años, antes de empezar el ascenso de las
aguas, la plataforma continental próxima a la desembocadura del Guadalquivir
alcanzó su máxima extensión. En aquel momento las costas occidentales de
Andalucía estaban retiradas aproximadamente 40 km respecto a la situación
actual y el nivel del mar en aquella orilla estaría 110 m por debajo del
actual.
A partir de entonces se produce una transgresión
marina progresiva hasta que el nivel del mar se estabiliza más o menos en su
situación actual sobre el 6500 a.C.
En el vaso del Golfo Tartésico se van depositando sedimentos
principalmente de origen continental para constituir poco a poco la base de las
actuales Marismas del Guadalquivir. La colmatación avanzaba a un ritmo más
rápido en el Lago Ligur, formando pequeñas ISLAS que luego se fundían unas con
otras para ir formando tierra firme, mientras que en la profunda bahía del
Guadalquivir la colmatación avanzaba más lentamente, sobre todo por tratarse de
un área más extensa y agitada por olas y mareas.
En el 1.000 a.C., el río Guadalquivir desembocaba en el
denominado “Estrecho de Coria” (cuyos dos vértices serían Caura -Coria del Rio-
y Orippo - Dos Hermanas-). Esta desembocadura, de aproximadamente 60 km
de diámetro, tendría una característica forma deltaica en las que destacaban,
como hemos dicho, la formación de una serie de ISLAS.
La
desembocadura estaba precedida por una zona amplia de marismas, un lecho de
inundación, que se iniciaban en un extremo a la altura de Villanueva del Río y
en otro Gandul, y bordeada por dos elevaciones amesetadas que hoy conocemos
como Los Alcores y el Aljarafe.
Esta
“marisma” o Lago Ligustino es el enclave territorial donde los fenicios
fundaron Spal (la ciudad de Sevilla). En los bordes del lago pudieron existir
poblados palafíticos y en el interior se encontraban algunas elevaciones o
islas que sirvieron para los primeros asentamientos humanos en un territorio
que se iba secando. Una de estas islas sirvió para la génesis de la ciudad de
Sevilla y es la conocida arqueológicamente como Cota 14, elevación central en los
alrededores de la actual plaza de la Alfalfa que, como vemos hoy día, quedaría
unida a tierra firme para formar una parte más de la historia de la ciudad.
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Plaza de la Alfalfa en la década de 1930 |